jueves, 1 de octubre de 2009

Cosas que hacer cuando una es kajira

Plantearé la cuestión tal y como yo la veo. La kajira pasea tan feliz por esas benditas llanuras de Gor hasta que Él, el Macho, el Guerrero goreano la ve y la caza. Ella, que no es tonta, hace como la que lucha; Él que no es tonto, hace como el que lucha. Al final acaban juntos.

Él es fuerte, valeroso, digno, firme, brutal cuando la ocasión lo requiere, serio, formal (y está muy bueno). La kajira se enamora. Ya desde que fue cazada empezó a enamorarse, puesto que el Hombre capaz de tal proeza es digno de ser amado. Muestra su amor en todos los frentes, porque las kajiras son mujeres apañadas: la mejor folladora, la más limpia y hacendosa, serena y nada histérica, la mejor mamadora, da masajes, recibe los latigazos que haya menester, lee el periódico para su Amo y le quita las espinas del pescado.

Pongamos que Él se va para mucho tiempo, o pongamos que se va para más tiempo aún. Porque si, porque le sale de los santos huevos. En Gor, Él puede hacer lo que le salga de sus santísimos huevos. Y al irse libera a la kajira , la deja libre para que siga triscando por las agrestes llanuras goreanas. Las cosas son así, ya sabemos que Gor no es justo y bla bla bla. La kajira se irá, con sus santos ovarios, derramará una lagrimilla pero se irá, sin reproches, sin histerias, sin malas palabras. Y probablemente, si es una kajira como Dios manda, amará a su único Amo hasta el día que la palme (ella), aunque otros Señores antes la cacen y se la follen.

(Eso es amor limpio, eso es amor en libertad, eso es amor sin dependencia, eso es amor verdadero y aunque lo escriba en broma, ya sabes E. que me lo tomo muy en serio y me aplico, con muchísima disciplina, a formarme y perfeccionarme en la tarea. )

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