domingo, 25 de octubre de 2009

Visión de mi Paraíso

Hace muchos años soñé con el Paraíso, el Cielo de verdad, el lugar donde van las almas al morir. No contaré el lugar con el que soñé porque es demasiado íntimo. Y quizás al describirlo sólo parecería un paisaje paradisíaco, como tantos otros.

Ya he escrito sobre lo que creo y sigo pensando que es muy infantil, pero es algo que me da igual. Yo rezo a mi manera, pido cosas a Dios porque me reconforta. No pienso que se cumplan mis deseos porque no quiero creer en algo tan pueril, como si Dios fuera una varita mágica, pero rezar, pedir, hablar íntimamente con Él me da calor.

Jamás me he replanteado mis creencias y jamás he bordeado la incredulidad. Vería mi vida muy triste y gris si así lo hiciera. Mantengo aquella visión del Paraíso con la que soñé y vivo con ella intentando mantener la mayor serenidad. No es algo fácil, algunas veces en el primer sueño me despierto sobresaltada con miedo a morir.

Ayer fui bastante estúpida y a ratos me olvidé de ser coherente. Hoy he leído algunas cosas que me recordaron cómo debe ser el transcurrir de los días. La bondad y la compañia de las personas que me rodean, la amistad que se me ofrece. La ventura de estar de nuevo con E., de compartir mi vida con Él, su vida conmigo... La dicha de amar.

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