miércoles, 21 de abril de 2010

Mi primer libro y otros que dejaron huella


Alicia en el País de las Maravillas: ese de la foto fue mi primer libro. Aquí lo tengo, es pequeñísimo, mide unos 10 centímetros, está un poco descuadernado y descolorido, son muchos años los que tiene. Cuando digo libro, quiero decir con letras. Libro con letras, no cuento donde sólo hay ilustraciones y el texto es breve. Mi Alicia era una adaptación infantil pero muy aceptable del clásico. Me marcó de forma clara y directísima.

Lo que el viento se llevó: perdí la cuenta de las veces que lo leí. Tengo una foto donde salgo aferrada al libro, un tomaco así de gordo. Mi angustia adolescente fue superable gracias a Scarlett O´Hara y su indomable caracter. Mi parte favorita: la fiesta del principio, cuando coquetea con todo bicho viviente y cuando se enfrenta a todas las calamidades en Tara, una vez huye de Atlanta.

El Señor de los Anillos: también perdí la cuenta. Está manchado de Tulipán y otras sustancias grasientas porque desayunaba, almorzaba, merendaba y cenaba con él. Mi soledad postadolescente -mi mal de amores- fue superable gracias a su lectura. Descubrí -redescubrí- que otros mundos son posibles. Mi parte favorita: las Minas de Moria, Ella Laraña, la Batalla en la Puerta Negra.

Cien años de soledad: gracias a mi maravillosa profesora de Literatura de segundo de BUP. Me ayudó a superar un verano lleno de frustración y complejos. Descubrí que realidad y magia son compatibles. Mi parte favorita: la subida a los cielos de Remedios la Bella.

La vieja sirena: alguien me lo recomendó. Descubrí que amar abre puertas y te hace invencible. Me ayudó a superar un verano terrible de amor, de deseo y de aburrimiento. Mi parte favorita: Glauca y Ahram hacen por primera vez el amor. Glauca y Krito hacen por primera vez el amor.

El Conde de Montecristo: una colección de clásicos de saldo, no recuerdo cuándo lo leí por primera vez, pero sí que recuerdo la última, hace pocos años cuando me puse en punto muerto y vuelta a empezar. Descubrí y volví a descubrir el inagotable placer de llevar el libro más grueso del mundo a cualquier parte y olvidarte de todo alrededor. Mi parte favorita: los misteriosos envenenamientos de la familia Villefort, el abuelo Noirtier, el desenmascarameinto de Morcef.

Y sigue.

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