domingo, 4 de abril de 2010

Primer día de playa


El primer día de playa no sabe a sal ni a crema solar. La piel se eriza, cuando te quedas en bikini, la piel blanca y deslucida. El bikini del año pasado, la toalla de cada verano, las gafas de sol, la arena, por fin la arena tibia, pero si hundes los pies un poco, permanece la frialdad del invierno.

Había gente en la playa, igual que yo, con ganas de sol, con ganas de respirar y oler el aire lleno de yodo. Con ganas de perder la vista en el verde de la ensenada, en los barcos blancos, en el mar apacible. Un grupo de gaviotas flotaba feliz, las parejitas pelaban la pava encima de la toalla, el sol calentaba lo justo.

Hacía mucho que no me tumbaba al sol. Pasé un buen rato con las aventuras de Jon Nieve tras el Muro y de Sansa en Desembarco del Rey. He cogido un poquito de color.

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