domingo, 10 de abril de 2016

Un sueño preciso y precioso

Fue un sueño y pienso que a la vez una premonición, uno de esos sueños muy vívidos que suceden justo antes de despertar. Soñé con Pedro y fue una despedida. Nos abrazábamos veinte años después, era el mismo olor el de su piel, la misma espalda pecosa, sólo tengo conciencia de un largo abrazo que era una despedida.

Fue un sueño premonitorio aunque ponerlo por escrito resulta pueril. O puede que no lo fuera, nada de presentimientos, un sueño levemente erótico y muy tierno nada más. Pero mientras soñaba me despedía de Pedro y era la despedida que nunca tuvimos y algo más; llevo años pensando que se habrá muerto -aunque ahora no debe tener aún los setenta-. Ese sueño que tuvimos la otra noche -el otro amanecer- fue un adiós pero no dramático. Me desperté feliz y me duró todo el día. Puede que fuera cerrar nuestro círculo o constatar que él ha cumplido aquella promesa que me hizo.

En el sueño no le veía la cara ni hablábamos, no recuerdo bien su voz y su cara la confundo con la cara de Richard Gere en Oficial y Caballero, que fue lo primero que me enamoró de él (ya digo, sumamente pueril). Pero era él y era su olor que identifico perfectamente, después de tantísimos años. No ando enamorada de él ni de su fantasma, es otra historia que no se contar, una especie de plenitud, de llegar a término, de cumplir la palabra, de certidumbre o esperanza.


jueves, 7 de abril de 2016

En abril

En abril del año pasado yo andaba de subidón, Parece que por estas fechas se me disparan las hormonas, se me mezclan con la euforia primaveral. Lo se porque acabo de borrar lo que tenía escrito en abril del año pasado y guardaba el borrador de este blog. No lo publiqué por culpa de una redacción horrorosa. Contaba que estaba dicharachera y muy sociable. Supongo que exactamente como anteayer, que me subía de optimismo por las paredes.

Temo los días así, tan cauta y reservada como soy, porque tiendo a la metedura de pata. Me salen un par de chorradillas bien, supero mi timidez, alardeo de simpatía y frivolidad y me creo la reina del mambo. Me embalo, las emociones se me desenfrenan, se me van de las manos la ingenuidad y mi fe en la bondad del género humano. Me lío, vamos. Yo supongo que el subidón de adrenalina de ciertos días de abril y mayo lo vivo con mayor vehemencia por el contraste con el feo invierno. Feísimo de gris y tacaño.

Y anoche, anoche tuve un sueño tan preciso y precioso...

viernes, 1 de abril de 2016

Qué sale de ésto

Planes que no llegan a término y planes en planificación.

Contraseñas que se olvidan. También letras de canciones (claro que san google y santo youtube ayudan)

"entre nublado y nublado hay trozos de cielo añil" (aunque parece que la lluvia se olvidó de esta primavera)

Proyectos, miniproyectos, como siempre, intentos de revolución, o de mini-revoluciones.

El pelo que me dejo rizado, los labios que me dejo sin pintar y zapatillas de deporte a todas horas.

La culpa. Los intentos, a veces histéricos y menopáusicos, de decirme la verdad, de recordarme, de reconocerme. El difuso temor.