lunes, 6 de febrero de 2017

Yo fui una Barb (adolescente)

Barb con la gente que molaba en los ochenta

Este verano todo el mundo adoraba a Barb. Yo, que siempre llego tarde a las series de moda, acabo de descubrirla, a Barb (y a Stranger Things) y me quedo flipada al descubrir que Barb levanta pasiones. No pasiones de amor sino apasionadas defensas. Lo bien que me habrían venido a mi a los dieciséis.

Descubrí a Barb y me moría por escribir que fui clavada a ella. Tengo una foto (solo guardo una) que lo corrobora. Tuve ese mismo corte de pelo, pero sin rizos. Yo tenía un jersey casi idéntico al que lleva arriba, el mío color rosa fuerte, que quería ponerme casi a diario. No tenía tanto culo ni muslos tan gruesos pero era igual de grandullona, de esas que en clase de gimnasia (no Educación Física en los ochenta, por favor) nos ponían atrás en la fila. ¿Conté aquí que me seleccionaron para balonmano, a pesar de lo pava que siempre fui, por ser grandona y hacer tanto bulto?

Y las gafas. ¿Por qué, por dios bendito, nadie me dijo nunca lo feas que eran aquellas gafotas? Gafas cuadradas. Gafas que a nadie sentarían bien nunca jamás y que yo me compré en pleno uso de facultades, la primera vez que fui a la óptica y después de comprobar que las gafitas redondas de tipo John Lennon me quedaban aún peor. Las gafas que lleva Barb en la serie son idénticas a las que yo llevé en BUP. Mismas gafas, mismo corte de pelo atroz.

Lo buena gente que es Barb: eso es lo que hace adorarla porque al parecer éramos miles así, en los ochenta, las responsables, estudiosas, sosas y pelín aguafiestas pero que si había que dar el callo, se daba, aunque nos saliera de culo. Reverencio esa escena en que Barb intenta hacerse la chula con la lata de cerveza. Todas las Barbs de este mundo hemos intentado hacernos la chula y hemos fracasado en el intento. Íbamos a las fiestas con una angustia vital de la muerte, esperanzadas de encontrar el AMOR,  sabiendo que habría gente borracha y yo para nada, sabiendo que las chicas guapas (y delgadas) se darían el lote; Barbs calientes sin que se notara; Barbs cachondamente reprimidas de tan juiciosas.  Yo no conozco a ninguna que fuera Barb aparte de mi, pero al parecer fuimos legión.

Lo que tiene la gente que no molaba en los ochenta: ahora todos nos aman.





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